Carabobeños, venezolanos y visitantes de otras tierras no pueden volver a casa sin llevarse unos cuantos paquetes en el equipaje.
Las panelitas de San Joaquín son sinónimo de historia, costumbres y trabajo.
Orgullosos de contar con su "propio pasaporte" se sienten los san joaquineros, pues la galleta crujiente les abre las puertas en cualquier lugar.
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